La administración oral de la Vitamina C no produce los niveles sanguíneos tan altos como para matar las células cancerosas. Los estudios en antioxidantes contra el cancer han concluido que las células tumorales se vuelven susceptibles a dosis altas de Vitamina C en plasma que llevan a concentraciones entre 350 y 400 mg/dL, donde el ciclo de óxido-reducción genera peroxidación celular. Y este efecto pro-oxidante lo tiene la terapia con IVC, induciendo apoptosis en las células cancerosas con deficiencia de catalasa mientras respetan las células no cancerosas del daño oxidativo.
A 350 a 400 mg/dL, La Vitamina C se comporta como una pro-droga en el espacio extracelular donde interactúa con los iones metálicos en una reacción de Fenton, generando así importantes cantidades de H2O2 intersticial. Y las células normales no se ven afectadas, mientras que las células del cáncer, debido a la deficiencia de catalasa, se destruyen. Y debido a la gran cantidad de receptores de la glucosa en las membranas celulares de las células cancerosas, la vitamina C se puede acumular hasta cinco veces la concentración de las células normales.
La vitamina C mejora la función mitocondrial de la célula sana, y estimula el sistema inmunitario para producir interferón, aumenta el número de células NK, aumenta la migración fagocitaria y mejora la función de Killing-Cell. La Vitamina C reduce el daño oxidativo a la p53 (apoptosis de regulación) en los genes que se produce por la quimioterapia y la radiación. Esto ayuda a prevenir el daño del ADN y la mutación que de lo contrario haría que la apoptosis de las células cancerosas y su muerte no resulte.
La Vitamina C ayuda en la producción de colágeno y carnitina para la formación de tejido fibroso que ayuda a “aislar” el tumor. También ayuda en la formación de tejido conectivo, cartílago, matriz ósea, dentina del diente, la piel y los tendones.
La Vitamina C ayuda en la conversión de los aminoácidos a los neurotransmisores, disminuye la producción de prostaglandina E2 y, por tanto, la respuesta inflamatoria y aumenta la producción de células madre para la curación de los tejidos normales.